Cultiva tus propios arándanos a partir de los que compras en la tienda. Estas pequeñas joyas azules no solo son deliciosas, también pueden darte una cosecha abundante si aprendes a germinarlas en casa. Materiales básicos: Arándanos frescos del supermercado Un machacador o tenedor Agua Servilletas o toallas de papel Bandejas o macetas Sustrato o compost de buena calidad 1. Elige los mejores frutos Selecciona arándanos maduros, carnosos y de color intenso. Cuanto más grandes y firmes, mejor será la calidad de las semillas. 2. Extrae las semillas Coloca los arándanos en un bol con agua hasta la mitad. Machaca suavemente la pulpa y remueve. Deja reposar unos minutos: las semillas se hundirán. Recógelas con cuidado y sécalas sobre una servilleta. 3. Prepara el sustrato Llena las macetas o bandejas con sustrato suelto y con buen drenaje. Deja un pequeño espacio libre en la parte superior para que el agua no se desborde. 4. Siembra las semillas Distribúyelas sobre el sustrato y presiónalas ligeramente sin cubrirlas demasiado. Rocía agua con un pulverizador para mantener la humedad. 5. Crea el ambiente ideal Coloca las bandejas en un lugar cálido y luminoso, lejos del sol directo. Mantén el sustrato húmedo pero sin encharcar. 6. Trasplanta y disfruta Cuando las plántulas alcancen unos centímetros de altura, pásalas a macetas más grandes o al jardín. Con paciencia y cuidado, pronto verás crecer tus propios arbustos de arándanos. Un método sencillo, natural y lleno de satisfacción: de la tienda a tu jardín, paso a paso.

Cultiva tus propios arándanos a partir de los que compras en la tienda.
Estas pequeñas joyas azules no solo son deliciosas, también pueden darte una cosecha abundante si aprendes a germinarlas en casa.

Materiales básicos:

Arándanos frescos del supermercado

Un machacador o tenedor

Agua

Servilletas o toallas de papel

Bandejas o macetas

Sustrato o compost de buena calidad

1. Elige los mejores frutos
Selecciona arándanos maduros, carnosos y de color intenso. Cuanto más grandes y firmes, mejor será la calidad de las semillas.

2. Extrae las semillas
Coloca los arándanos en un bol con agua hasta la mitad.
Machaca suavemente la pulpa y remueve.
Deja reposar unos minutos: las semillas se hundirán.
Recógelas con cuidado y sécalas sobre una servilleta.

3. Prepara el sustrato
Llena las macetas o bandejas con sustrato suelto y con buen drenaje.
Deja un pequeño espacio libre en la parte superior para que el agua no se desborde.

4. Siembra las semillas
Distribúyelas sobre el sustrato y presiónalas ligeramente sin cubrirlas demasiado.
Rocía agua con un pulverizador para mantener la humedad.

5. Crea el ambiente ideal
Coloca las bandejas en un lugar cálido y luminoso, lejos del sol directo.
Mantén el sustrato húmedo pero sin encharcar.

6. Trasplanta y disfruta
Cuando las plántulas alcancen unos centímetros de altura, pásalas a macetas más grandes o al jardín.
Con paciencia y cuidado, pronto verás crecer tus propios arbustos de arándanos.

Un método sencillo, natural y lleno de satisfacción: de la tienda a tu jardín, paso a paso.

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